Es más fácil pensar en el fin del mundo que pensar en el final de Android.

Hola binari@s

Esta frase es una modificación de otra, sacada del gran Mark Fisher:

“Es más fácil pensar en el fin del mundo que en el fin del capitalismo”.

Es lo que él denomina capitalismo realista. La sociedad está tan absorbida por el capitalismo, tiene tanto dominio a tantos niveles, que cualquier otro sistema político y/o económico nos parece inconcebible. Esto no es una celebración del capitalismo, es una resignación a él.

Pasa lo mismo con Android: está tan metido en nuestros bolsillos y nuestras mentes que nos parece inconcebible otra forma de interactuar con la tecnología.

¿Deberíamos llamarlo tecnofeudalismo realista?

Hace un tiempo publiqué un artículo sobre postmarketOS. Se llama “PostmarketOS: el principio del fin para Android”. Claro, un título optimista para mí, un deseo de salir de esta rueda de rata llamada Android. Lo más curioso fueron los comentarios: había una sensación en ellos de que al mencionar el “fin de Android” les había ofendido, simplemente por plantear el concepto de “fin de Android”. Es por ello que escribo estas palabras.

Claro que podría no tomarlo tan en serio. Al final, es solamente el sistema operativo de los móviles. Las personas tienen la elección: pueden elegir entre un Xiaomi de 200 € o un iPhone de 1.200 €. Ni siquiera los chinos se han atrevido a cambiar de sistema; tienen su HyperOS, que es una capa de personalización de Android con aún más publicidad intrusiva.

Lo más interesante es que esto solo pasa con los teléfonos. En los navegadores web y en los sistemas operativos se pusieron restricciones antimonopolio.

Cuando Rockefeller tuvo el monopolio del petróleo, le obligaron a dividir su compañía en varias para evitar el control total de la venta y distribución de “zumo de dinosaurio”.

Pero… en los teléfonos parece ser que, como existe Apple, no hay monopolio.

¿Qué hay de malo en Android?

Bueno, hay un libro escrito por Bruno Patino que se llama “La civilización de la memoria de pez”. Hay estudios que aseguran que un pez tiene una capacidad de atención de 8 segundos. Se te puede quedar mirando y, pasados esos 8 segundos, resetea y pasa a otra cosa. Pues en ese libro se habla de que la capacidad de atención de un joven acostumbrado a las redes sociales como YouTube o Instagram es de 9 segundos.

Esto no es comunicación, son técnicas de control mental eficientes que eliminan el pensamiento crítico, disminuyen la capacidad del ser humano para tener pensamientos complejos.

¿Android es el culpable de esto?
Sí.

Lo planteo de otro modo: ¿son la posesión de armas en EE. UU. el culpable de la tasa de mortalidad por armas de fuego? Podrías decir que no, que es la gente, pero la facilidad con la que se accede a las armas es, en parte, el problema.

Así que, Android es parte del problema de que las personas tengan menos capacidad de atención. Claro que si no usasen YouTube e Instagram mejoraría, pero no tener la posibilidad de instalar estas apps lo haría mucho más difícil.

El problema medioambiental

Tengo un portátil Core i5 de quinta generación, 8 GB de RAM y un SSD de 256 GB. Lo compré por 50 € en una plataforma de venta de segunda mano. De verdad, no necesito nada más: monto webs, programo, hago ROMs para teléfonos, publico en el binario. Si me comprase algo, sería una batería para él, ya que su único fallo es que no funciona desconectado de la corriente.

Mi móvil es un Xiaomi Mi A2 con Ubuntu Phone o postmarketOS (depende de cómo me levante): 4 GB de RAM y 32 GB de memoria interna. Lo compré por 14 € en la misma plataforma de compraventa.

¿Qué quiero decir con esto?

La tecnología tiene unos usos. Para el uso generalista, no es necesario comprar un móvil u ordenador ni cada 2 ni cada 5 años. Prefiero un portátil de hace 10 años con una gráfica Intel que jamás dio problemas a un portátil con una CPU y gráfica que se pone a 100 ºC, esperando el momento en que deje de funcionar definitivamente.

Nuestra sociedad de consumo nos crea necesidades. Si estás atado a Android, es muy posible que, después de 12 o 18 meses de uso, pienses que tu teléfono va lento porque se ha quedado desfasado para las aplicaciones que se usan hoy. No. Lo siento. Es un engaño. Se llama obsolescencia percibida.

El funcionamiento interno de Android hace que el uso continuo ralentice el sistema, provocando que los usuarios perciban que tienen que cambiarlo por otro pasado muy poco tiempo. Esto solo es bueno para Google.

Solución 1: Haz una copia de tus fotos, videos y demás en tu PC. Ve a Ajustes > Sistema > Restablecimiento de fábrica, y tendrás el aparato listo para funcionar otros 12 meses.

Solución 2: Dejar de usar Android.

Comprar nuevos teléfonos y portátiles “porque sí” no es bueno ni para el planeta ni para tu bolsillo. Solo deberías hacerlo cuando se haya roto el dispositivo. Si la batería de tu móvil se ha acortado mucho, hay un montón de tiendas donde podrás cambiarla. Y, si te sientes con ganas, puedes hacerlo tú mismo con un par de herramientas. Una batería nueva normalmente no cuesta más de 20 €.

Dejo a la reflexión del lector las consecuencias que tiene para el planeta el consumo de cientos de millones de teléfonos nuevos todos los años, solo diré una palabra. Desastre.

Y bueno, nada más, espero que tengan una feliz semana.