Tres de un claustro de cinco personas han puesto a Debian como cómplice de crímenes contra la humanidad al decidir realizar la próxima DebConf en el estado de Israel https://ayudalinux.com/la-debconf20-se-llevara-a-cabo-en-haifa-israel/ .
Ante las primeras reacciones de denuncia por esta nefasta decisión he visto respuestas como:
“Una conferencia no significa de ninguna manera que el proyecto avale las atrocidades cometidas por el gobierno Israelí, como imagino tampoco lo avala toda la gente que vive en esa ciudad ”
“Yo no leí en la nota que exista algún acuerdo entre la organización de la conferencia y el gobierno de ese país. Simplemente estás confundiendo a la opinión publica con este post.”
“la DebConf en Haifa no es necesaria para apoyar la política racista del gobierno de Israel. FOSS no está apoyando a ningún gobierno en absoluto.”
“Estoy en desacuerdo. Esta publicación solo aumenta la disonancia entre la comunidad debian.”
“El lugar donde se lleva a cabo la conferencia no es un aval de las acciones de un gobierno. Ni esta conferencia en Haifa ni la de Curitina / Brasil es un respaldo al gobierno de Bolsonaro.”
“Las conferencias en lugares como ese son una oportunidad para que Debian dé voz a todos los actores en conflicto, para tratar de ser una voz de la razón y un faro de esperanza. Este tipo de publicaciones solo hacen daño a una comunidad bastante pacífica y democrática.”
En un entorno en el que las víctimas solicitan a la comunidad internacional que como método de lucha solidaria y pacifica actuemos mediante las tácticas BDS boicot desinversiones y sanción, realizar actividades que normalicen al estado criminal sí es una toma de posición. Las acciones de boicot al régimen de apartheid sudafricano no han solucionado muchos de los problemas sociales en Sudáfrica, pero han terminado con el apartheid y esto es un principio de solución: La normalidad con la que se ve hacer este encuentro en Israel recuerda a la Alemania de principios de los años 30 cuando el nazismo uso las olimpiadas para dar una imagen de fortaleza y a la vez de normalidad. Sabeos muy bien por anteriores experiencias que de ninguna manera un evento en territorios ocupados ya sea con la aprobación de la ONU o simplemente con su vista gorda da voz a “ambas partes del conflicto” el simple hecho de hablar de dos partes de un conflicto al mismo nivel es desconocer la contundente realidad de opresores y oprimidos.
Si es cierto que si nos ponemos finos no hay país impoluto para realizar este tipo de eventos, pero comencemos por denunciar y actuar contra los hechos mas graves y por no hacer oídos sordos a las víctimas.
Como argentino ya me hubiese gustado un boicot internacional al mundial de fútbol en 1978 , evento que de ninguna manera dió voz al pueblo argentino, que solo sirvió para dar una imagen normal del país que durante el mundial vio aumentada la represión.
¿Que no todos los habitantes de Haifa están de acuerdo con las políticas criminales de su gobierno? Claro, pero puedo afirmar que la mayoría si lo están. La mayoría de los israelíes que se oponen poco a poco han tenido que irse de Israel y los pocos que quedan acuerdan con las prácticas BDS.
Las disonancias entre la comunidad no las traen estas críticas sino las acciones que las provocan, y no es la primera decisión que se toma de manera antidemocrática sin tener en cuenta a gran parte de la comunidad.