La organización de un evento de informática suele tener unas pautas marcadas, más o menos flexibles, también bastantes dependientes del presupuesto del que se disponga, que con mucha frecuencia es nulo. Al final la idea es divulgar en un ambiente distendido y familiar, al más puro estilo de los “hack meetings” ochenteros, una pasión común.
A lo largo del tiempo, habiendo participado durante años en varios tipos de eventos desde casi todos los roles posibles (asistente, organizadora, ponente, ayudante no oficial que acaba llevando cajas porque pasaba por ahí…) he acabado descubriendo las trampas de los “eventos out of the box”, es decir, estos eventos que se organizan con la idea de divulgar sobre algo (software libre, ciberseguridad, programación, etc) reciclando sin mucho cuidado el sistema de quedadas de otros eventos anteriores. El fallo se hace evidente: fomenta la endogamia de comunidades; Se vuelve tan familiar que deja de percibirse como algo realmente abierto. No hay ningún inconveniente en grupos de amistades o conocidos que se reúnen para compartir una pasión común pero eso hace que, cuando se quiere fomentar la participación de gente nueva, o de minorías, sea fácil caer en algunos errores.
Durante días he decidido entrevistar a varias mujeres (grupo minoritario en la mayoría de eventos de software libre y tecnología) con la idea de abstraer algunos de los problemas más repetitivos en dichos eventos y empezar a plantear soluciones. Para ello lancé en mis redes y grupos la petición de que mujeres o en general personas pertenecientes a grupos minoritarios en los eventos de software libre me contactaran si querían ayudarme a investigar este tema. Para empezar, varios perfiles de ningún grupo minoritario en particular me contactaron (los primeros, de hecho) uno de ellos hasta me hizo ghosting después de explicarle hasta cuatro veces que para este caso en particular, quería escuchar voces de otro tipo de grupos. Afortunadamente muchas mujeres que han sido ponentes, organizadoras y asistentes de distintas clases de eventos de tecnología me contestaron también dando su opinión y experiencia, desde aquí les doy las gracias.
Tuve la suerte de poder hablar con varios tipos de mujeres: de diferentes edades, trabajos, personalidades y opiniones. El punto en común de la mayoría era que, independientemente de su opinión, querían apoyar y empatizar con todas aquellas personas que se encontrasen obstáculos a la hora de participar en un evento. Por conversaciones que he tenido con organización de varios eventos, creo que es un sentimiento común, afortunadamente. ¿De qué manera vamos a conseguir esto si no es hablando con las afectadas?
Algo que me llamó especialmente la atención es que casi todas creen sentir o haber sentido síndrome del impostor en algún momento de su carrera o de su participación en un evento, aunque sus aportaciones sean legítimas y enriquecedoras.
El síndrome del impostor es un malestar emocional, incluso ansiedad o miedo que sufre una persona incapaz de reconocer sus logros profesionales o de otro tipo. Como es lógico, esta clase de sentimientos pueden afectar a la hora de decidirse por participar en un evento, entre otras cosas. Con frecuencia se busca cumplir “un cupo” de mujeres participantes en un evento, con las mejores intenciones la mayor parte de las veces, pero provocando situaciones incómodas en muchas ocasiones si no se tiene cuidado. Varias de las encuestadas (no todas) aseguran que se les ha ofrecido participar para aportar diversidad. La representación es importante, y algunas de las encuestadas piensan que para aportar en esta representación vale la pena pasar por esos momentos de incomodidad en el que tienen un espacio para hablar de algo que les gusta aunque el foco está en su condición de mujer. Quizás, el contactar con estas personas por su género, sin informarse adecuadamente de sus proyectos, y asumir que quieran representar oficialmente esta minoría (como en los eventos en donde se presenta a la ponente como “por fin una mujer que…”, “y tenemos una voz femenina que…”, etc) solo refuerza la inseguridad técnica que muchas tienen o han tenido. Esta posición no es intrínsecamente negativa, pero quizás debería ser decisión de la ponente añadir este peso en su discurso, en lugar de que le sea impuesto. De este modo, las que aceptan este papel representativo pueden empoderarse insistiendo en que siendo mujeres están ahí defendiendo lo que les gusta, y las que sientan que esto es demasiada presión y prefieran ceñirse a su discurso técnico, puedan hacerlo.
Otras opinan que habiendo aceptado participar, después su voz es obviada y se sienten un mero objeto para cuadrar números, y que varios asistentes estaban más predispuestos a escuchar la voz de sus compañeros que de una compañera. Esta última reflexión me lleva a plantearme si ese esfuerzo inicial por conseguir mujeres en los eventos de informática, también se tiene en cuenta durante el evento. Aquí entran, por ejemplo, los códigos de conducta que tanto se han empezado a utilizar en los últimos años. Afortunadamente varias de las encuestadas no han tenido ningún momento desagradable durante los eventos, pero otra gran parte tiene una lista de problemas sufridos desde organización, participación y asistencia. Desde comentarios y comportamientos machistas, hasta amenazas, insinuaciones sexuales y presiones para ir a habitaciones ajenas.
El lenguaje es una de nuestras herramientas más necesarias y que más definen nuestra cultura. Yo no había sentido personalmente la necesidad de una representación más amplia en el plural del español en mi entorno, por ejemplo, hasta que siendo invitada en un programa de la radio social de Vallekas (Post Apocalipsis Nau, en el que ahora participo regularmente) la presentación incluyó masculino, femenino y lenguaje neutral. Ese momento sentí que el entorno en el que estaba era un poco más abierto y algo menos hostil, y me interesé automáticamente por la fuerza del lenguaje diario. Autoras como Ursula K Le Guin exploran el poder del lenguaje en la ficción especulativa, donde una puede olvidarse de las presunciones del mundo real y plantearse el uso de las palabras en otro mundo. Yo personalmente estaba muy convencida de que el lenguaje era clave en el proceso de Call for Papers de un evento, y me lancé de lleno a preguntar a estas mujeres su opinión.
Existe, sin embargo, un sentimiento común entre la mayoría de encuestadas sobre la intención del evento: no necesariamente las palabras o el lenguaje son importantes pero definitivamente sí las acciones, tanto de selección como durante el evento. Resulta que la mayoría de ellas no necesitan que el C4P tenga un excesivo cuidado en su lenguaje, o use femeninos y género neutro: pero exigen inclusión en acciones. Por ejemplo, la DEFCON (evento de mucho prestigio en la comunidad de ciberseguridad) pasó por tantos problemas de acoso y acoso sexual que decidieron hacer un informe de transparencia por evento. El FOSDEM siempre incluye un código de conducta y Codeland incluye en su FAQ las opciones de accesibilidad. ¡Intención!
Ninguna comunidad es perfecta, y algunos comportamientos afectan con mucho más peso a algunas personas que a otras. Como se describe con bastante humor en esta charla las comunidades de software libre arrastran “muchos demonios” y por lo tanto para cuidar la diversidad de un evento han de reparsarse cuidadosamente para evitar caer en alguno de ellos. Presentar interés por la diversidad se percibe mucho más honesto cuando se extiende al interés por la multidisciplinaridad y escuchar las experiencias desde muchos puntos de vista. Varias encuestadas se sienten incómodas compartiendo su opinión y sus dudas porque tienen un perfil mixto, es decir no necesariamente puramente técnico (o si, pero con antecedentes no técnicos), y se sienten bloqueadas. Si se habla de diversidad sin salir más allá de la diversidad de género, parece una diversidad decorativa y autocomplaciente. No se trata de cubrir unos cupos que demuestren una postura, si no dejar de manifiesto y bien claro una intención honesta por escuchar. Esto incluye el esfuerzo con tiempo y previo de saber la opinión de estas personas, eso es una intención.
La postura pública de cada una de ellas es diferente. Una de las encuestadas fuerza un perfil especialmente llamativo porque es la forma en la que más a gusto se siente, otras optan por usar su propia identidad real, sin exagerarla ni minarla en todos los foros, y otras tienen varios apodos anónimos, algunos en los que su género no se haga evidente.
Varios grupos minoritarios, entre ellos grupos de mujeres, quieren participar en eventos pero por diferentes motivos no quieren el peso y el foco de atención de una charla. Se me ocurrió añadir entre las preguntas si creen que sería buena idea crear roles diferentes y más discretos que tengan un peso mucho más fácil de llevar en caso de tener ansiedad, timidez, neurodivergencia/neurodiversidad, etc. Por ejemplo: Tablones de proyectos, póster, división de trabajos de organización en pequeños bloques que se presenten de forma abierta a voluntariado, etc. La idea fue bien acogida, por lo mencionado al principio del artículo de la intención de todas por apoyar a aquellas que no dan el paso hacia un evento.
En resumen, basándome en las respuestas de estas personas y en mi propia experiencia, dejo algunas pautas que pueden ayudar a diferentes organizaciones con sus eventos de software libre y tecnología en la inclusión:
- Planear con tiempo para poder hablar con diferentes asociaciones y perfiles sin ser agresivos ni dar la sensación de que se están “cazando” ponentes fuera de lo habitual.
- Mantener un proceso transparente de selección, toma de decisiones y solución de problemas.
- Incluir un código de conducta y/o un informe de transparencia en donde se asuma responsabilidad y cuidados de las personas que conformen el evento. Esforzarse especialmente en dejar claro el proceso para pedir ayuda en caso de que sea necesario. Bloquear el acceso si es necesario a personas con un historial de agresión y acoso sexual, entre otras faltas graves. (Esto requiere una pequeña investigación previa).
- Ofrecer roles diversos que dejen hueco a perfiles diferentes, con contenido importante que divulgar pero una personalidad más tímida por diferentes motivos.
- Fomentar la multidisciplinaridad y las conversaciones mixtas, ya sea a través de mesas redondas pensadas con este fin o creando espacios para ello (salas, foros, chats, etc). Anunciarlo y hacer eco de esto para que no sólo quede como algo lateral, si no un espacio con la misma importancia que cualquier otro.
- No enfocarse en una única diversidad (de género, por ejemplo) si no indicar la clara intención de que es un ambiente abierto.
- No forzar la representación en ponentes, si no dejar en mano de estas personas la decisión de declararse representantes de un grupo en concreto. (No incidir en que es una mujer/grupo minoritario y está ahí, si no ha expresado ese deseo literalmente)
- En caso de creer que un perfil es efectivamente interesante, hacerle saber que es por una investigación, paper, herramienta, etc en concreto que llamó la atención de organización en primera instancia. Esto reducirá el síndrome del impostor e impulsará la confianza que esa persona merece sobre su trabajo, al mismo tiempo que si lo decide, pueda enriquecer el evento.
- Preguntar, no sólo por ponentes, si no durante todo el proceso de organización, para asegurar que se está haciendo el evento evitando todo lo posible esos “demonios” que a veces arrastra la comunidad. Hablar, preguntar, ser transparente y asumir la humildad de necesitar ayuda.
Quiero concretar que he hecho un esbozo a grosso modo de algunas necesidades para mejorar estos eventos, pero que de ningún modo represento con ello la opinión al completo de las encuestadas, entre otras cosas porque las opiniones eran diversas. He querido centrarme en aquellas cosas que eran comunes en la mayoría, añadiendo también mi propia perspectiva. Ante la duda, este proceso no tiene por qué ser único: si alguien quiere averiguar más opiniones es una genial idea preguntar y escuchar a cuantas más mujeres y minorías mejor, sin asumir la experiencia propia como solemne. Al final, el software libre es una comunidad colaborativa, en todos sus aspectos: vamos a reflejarlo en los eventos por venir.
Que interesante. Muchas gracias por el curro.
¡Gracias!
Como siempre, eres genial y un gran post!!
Muchas gracias
Gracias por compartir … Sin ánimo quisquilloso, con la misma consciencia que expresas en tanto en cuanto al poder de la palabra un apunte : mencionas… ‘neurodivergencia’ , o ‘neurodiversidad’ (Aspie) ? . .- un aspie :-) . saludos
Hola! Me refería a neurodivergente, por su definición en la que se diferencia el estado del movimiento, aunque no consulté directamente este enlace, representa el concepto que tenía: https://www.disabled-world.com/disability/awareness/neurodiversity/ . De todos modos me parecen análogos, y además así incluye a más personas, así que lo he añadido! Gracias por el apunte. :)
Buen trabajo.