La manipulación hacker y el abismo del poder

La palabra hacker y su desvirtuación

Da igual lo mucho que alguien invierta en seguridad, con que tengamos el poder de manipular a alguien, estamos dentro K. Mitnick

Llegando a la conclusión de que muchos de los prejuicios frente a quienes tenemos delante es la vulnerabilidad del sistema, oir a tu alrededor que te omitan como alguien potencialmente manipulador es un vector de ataque claramente perfecto contra ellos. Utilizar esa vulnerabilidad es darle una vuelta a aquello que te percibe como vulnerable para vulnerar (reiterado adrede).

Creemos que ésa es la verdadera esencia de la manipulación, esa linea gris y difusa donde nunca hemos tenido oportunidad de participar, es un punto ciego por el que nos podemos mover hábilmente. Se habla de ataques constantes, pero cuando nos adentramos en las relaciones interpersonales parece que se ha acabado la investigación, una persona aporta muchisimos datos en su forma de escribir, hablar, gesticular… Pero esto no pretende alabar únicamente la ingeniería social, sino entender que es un circuito que tenemos que conectar entre distintos puntos para obtener resultados. No hay soluciones excluyentes para reventar algo, pero si jugamos con todas las posibilidades, tenemos más piezas para batallar.

¿Quién tiene el poder realmente?

Por lo tanto, la subjetividad de los hackers está conformada en gran medida por nociones de engaño fundamentadas no solo en la perspicacia tecnológica, sino, lo que es más importante, en la subversión tecnológica (Coleman 2008).

Hablar fuera de los privilegios de hombre blanco, joven… hace que se nos pongan las cosas difíciles en cuanto a tener un espacio propio desde donde investigar y donde, una vez sabida la desvirtuación genérica del término, hacer que nos cuestionemos qué medidas son las siguientes a tomar. Por una parte, descubrir que la otra parte de la población, podemos (y debemos) darle forma a la representación cultural del hacking. El hackeo es adentrarses en un viaje de poder dentro de una etapa, numerosos hackers lo definen así y no creo que sea desacertado pero quizás esa limitación hace que el concepto no pueda avanzar.

Es decir ¿Por qué limitarlo a una etapa? Y ¿a qué se refiere con viaje de poder?, ¿A tener el privilegio de conocer frente a quien no conoce? Este término es la fantasía heteronormativa que no se sustenta si no va aderezado de performance. La performance como parte del movimiento hacktivista es necesaria pero no el enfocarlo todo a quienes gozan de los privilegios de tener a su disposición no solamente los medios, sino el propio concepto en si.

La hacker Clara G. lo afirmaba desde su participación en el Chaos Computer Club por aquellos ochenta y noventa, la mayoría de los hackers odian a las feministas , quizás la verdadera desvirtuación no sea la de considerar el hacking como algo malo como nos hacen pensar los medios, sino que el mecanismo de defensa postulante ha sido evitar el irremediable momento en el que tenemos que tomar el poder, pero esta vez como empoderamiento (fortalecimiento).

Por lo tanto, tomados en conjunto, la piratería y la creación podrían representar un espectro de género de la tecnocultura, con transgresión en un lado y cuidado en el otro. En lugar de afirmar las diferencias dentro de estos discursos y prácticas, preferimos subrayar su continuidad dado que las prácticas de hackeo y creación a menudo coinciden y, por lo tanto, reúnen las consideraciones de género de maneras idiosincrásicas y desprevenidas. Con este fin, nos referiremos a ellos como una entidad compuesta, pirateo / creación

La provocación, un nuevo concepto

Seguimos eliminando las distorsiones que el imaginario nos ha impuesto, la provocación será una fase necesaria, en la que tenemos que tomar conciencia de, realmente, cómo deconstruirnos en esa provocación. A pesar de querer realizar un cambio estable hay que seguir los antecedentes de provocación y renombrar la acepción como respuesta a un estímulo, ser mala como forma de desobediencia civil y como denuncia a una situación puede ser una gran herramienta. Porque la idea es esa, provocar. Pero desobedecer las normas convencionales ¿Nos puede salir caro? Seguramente tengamos una contradicción en si misma que carezca totalmente de una lógica deductiva, pero ¿acaso a veces no seguimos las normas de la razón y queremos seguir para ver dónde nos resituamos?, eso forma parte de la evolución, adaptarse a los cambios.

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